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Qué enfermedades cura la ortiga y cómo aprovechar sus beneficios
La ortiga, esa planta que te pica si te acercas sin guantes, es como el superhéroe del mundo vegetal. Rica en vitaminas, minerales y antioxidantes, esta hierba puede ser tu aliada contra afecciones como la artritis, gracias a sus propiedades antiinflamatorias. Si tus articulaciones están más tiesas que un palo de escoba, una infusión de ortiga podría ser tu salvación. Además, su alto contenido en hierro la convierte en una opción natural para combatir la anemia, especialmente si eres de esos que huyen de las espinacas como si fueran kriptonita.
¿Problemas de piel? La ortiga también tiene algo que decir. El eccema, el acné y la dermatitis pueden mejorar con su uso tópico o interno. Sus propiedades depurativas ayudan a eliminar toxinas, dejando tu piel más clara que un cielo de verano. Y si eres de los que sufren alergias estacionales, esta planta puede ser tu escudo contra los estornudos y la congestión nasal. Sus compuestos actúan como antihistamínicos naturales, reduciendo esos molestos síntomas que te hacen sentir como si hubieras peleado con un gato peludo.
Para aprovechar sus beneficios, puedes preparar una infusión con hojas secas, añadirla a tus sopas o incluso hacer un jugo fresco. La ortiga también se puede usar en forma de tintura o cápsulas, pero si te animas a recolectarla tú mismo, ¡no olvides los guantes! Es como jugar a la ruleta rusa con la naturaleza. Si prefieres algo más sencillo, en herbolarios y tiendas especializadas encontrarás productos listos para usar. Eso sí, siempre consulta con un profesional antes de convertirte en el nuevo fanático de la ortiga.
¿Tienes dudas? Aquí las aclaramos
¿La ortiga es segura para todos?
En general, sí, pero si estás embarazada, amamantando o tomando medicamentos, es mejor consultar con un médico. La ortiga no es una planta mágica, aunque lo parezca.
¿Cómo preparo una infusión de ortiga?
Fácil: hierve agua, añade una cucharada de hojas secas, deja reposar 10 minutos y cuela. Si quieres endulzar, usa miel, pero no le eches azúcar, que eso no es muy «natural».
¿Puedo usar ortiga fresca?
Claro, pero asegúrate de lavarla bien y, si la vas a consumir, escaldarla para eliminar el efecto urticante. A menos que te guste sentir que te han dado una bofetada vegetal.
Descubre las enfermedades que la ortiga puede ayudar a tratar
La ortiga, esa planta que parece tener una personalidad un poco punzante, es en realidad una aliada de la salud. Con sus hojas llenas de nutrientes y propiedades antiinflamatorias, puede ser útil para aliviar los síntomas de la artritis. Sus compuestos actúan como un bálsamo para las articulaciones inflamadas, reduciendo el dolor y mejorando la movilidad. Vamos, que es como un masajista en forma de planta, pero sin propina.
¿Problemas de piel? La ortiga también tiene algo que decir. Sus propiedades antihistamínicas y depurativas la convierten en una opción natural para tratar afecciones como el eccema o el acné. Ayuda a limpiar la piel desde dentro, como si fuera un detox pero sin jugos verdes de dudoso sabor. Además, su uso tópico en forma de infusiones o cremas puede calmar irritaciones y reducir el enrojecimiento.
Y no nos olvidemos de las alergias estacionales. La ortiga actúa como un antihistamínico natural, ayudando a reducir la congestión nasal, los estornudos y esa molesta picazón en los ojos. Es como si la planta decidiera vengarse de su mala fama convirtiéndose en la heroína de la temporada de polen. Eso sí, siempre es recomendable consultar con un especialista antes de usarla, porque no queremos que la ortiga pase de ser tu aliada a tu némesis.
¿Tienes dudas? Aquí te las resolvemos
¿La ortiga es segura para todos?
En general, sí, pero hay excepciones. Personas con problemas renales o embarazadas deben evitarla. Siempre es mejor consultar con un médico antes de usarla.
¿Cómo se consume la ortiga?
Puedes tomarla en infusiones, cápsulas o incluso añadirla a tus sopas. Eso sí, asegúrate de que esté bien lavada y procesada para evitar sorpresas desagradables.
¿Es cierto que la ortiga pica?
Sí, pero solo en su estado natural. Una vez cocida o seca, pierde su efecto urticante. Así que no temas, no te convertirá en un erizo humano.