¿Puedo comprar mi nuevo coche en el extranjero?
En una época no muy lejana, mucha gente podía permitirse el lujo de cambiar de vehículo sin pensárselo pero, hoy en día, se busca cada vez más la forma de alargar la vida de nuestros coches. Pero una opción que puede reportar bastantes beneficios al bolsillo, es viajar a otro país de la UE y comprar un coche allí. Por preferencia, el país elegido suele ser Alemania. Por una parte, porque son uno de los europeos en mejor cuidar sus coches a diferencias de otros y, por otra parte, la compra de un vehículo de marca alemana hasta 6 años de antigüedad suele ser la mayoría de la veces una operación muy rentable. Además de ahorrar en el precio incluyendo la estancia y el traslado, la oferta de vehículos es mayor en ese país. Pero hay que tener cuidado a la hora de hacerlo y tener ciertos puntos en cuenta.
Preparativos del viaje
Lo primero que se debe hacer es localizar varios vehículos que puedan cumplir las expectativas del comprador. Para evitar que la gran cantidad de anuncios que pueblan webs y revistas especializadas en este sector llegue a saturar, lo mejor es acotar la búsqueda en función de la marca, el año de matriculación y los kilómetros recorridos y, por supuesto, tener en cuenta el precio máximo que el comprador desea desembolsar. Una vez que se han seleccionado los coches, el comprador debe ponerse en contacto con el vendedor vía correo electrónico o teléfono, y solicitar todo el material que se considere necesario: fotos del vehículo, dirección del punto de venta, explicaciones para llegar a él, etc.
Realizada ya la toma de contacto, es hora de planificar el viaje. Hay un gran número de compañías aéreas de bajo coste que vuelan diariamente a Alemania; realizar el trayecto de ida en avión es la forma más rápida y económica, si todo se planea a medio plazo, de llegar al país germano. La vuelta suele hacerse empleando el coche que se acaba de adquirir, pero habrá quien prefiera contratar los servicios de una empresa internacional de transportes.
Otra de las cuestiones que deben quedar cerradas antes de iniciar el viaje, para evitar contratiempos de última hora, es el alojamiento. El número de noches que se reserven dependerá de la cantidad de vehículos que se vayan a ver, y de los kilómetros que separen a unos de otros. Pero el comprador debe tener en cuenta que, como mínimo y en el mejor de los casos, deberá reservar dos noches de hotel.
¿Cómo pagar la compra?
Una de las formas más empleadas es la de viajar con el dinero en metálico, pero no está exenta de riesgos. Para evitarlos, se puede utilizar un procedimiento denominado «transferencia swift». No es más que un sistema de comunicación interbancaria, que otorga mucha seguridad al vendedor, ya que una vez que se da la orden de ejecutar la transferencia no se puede anular bajo ningún supuesto. Está sujeta al cobro de comisiones, gasto que puede ser asumido entre vendedor y comprador o íntegramente por este último. Eso sí, requiere que antes de emprender el viaje el comprador acuda a su entidad bancaria, donde tiene depositada la cantidad que vaya a transferir, y firme el modelo de solicitud «swift». Se rubrica en blanco puesto que en ese momento no se conoce ni el destinatario ni la cuantía de la transferencia. Una vez que el acuerdo se cierre, el comprador debe llamar a su banco en España para facilitar los datos y solicitar que la operación se ejecute. La entidad mandará por fax al banco receptor la hoja «swift» que certifica que la transferencia está produciéndose.
Los cheques pueden ser otro instrumento de pago, pero suelen levantar ciertas dudas en el vendedor ya que tardan entre 10 y 15 días en hacerse efectivos. Y en ese periodo de tiempo, una vez de vuelta a casa, el comprador podría anular la cuenta sin que el vendedor llegue a recibir su dinero. Por ello, los cheques de viaje se presentan como una alternativa interesante. Prácticamente es como viajar con el dinero encima, con la seguridad de que sólo su titular puede liquidar su importe en cualquier entidad bancaria extranjera.
Además de Alemania, existen otros países de la UE en el que se pueden importar coches. Bélgica es otro país elegido por los españoles a la hora de comprar vehículos de segunda mano o nuevos de alta gama donde la diferencia de precios entre nuestro mercado y el belga es grande. Que se compre en Alemania o en Bélgica, los trámites en España son los mismos independientemente del país de origen, sólo varia la denominación de la parte de la documentación del coche (en Alemania “fahrzeugbrief», en Bélgica «carta gris belga» que sería como el permiso de circulación).