Perder peso de donde se necesita
La acumulación excesiva de grasa, localizada en unas zonas determinadas del cuerpo, puede provocar la aparición de irregularidades (celulitis) y desproporciones (papada, michelines, cartucheras, etc.). Cuando estas alteraciones estéticas no desaparecen con dietas o ejercicio físico ni con tratamientos cosméticos estéticos o médicos, se recurre a la cirugía estética. Hoy en día, mediante procedimientos quirúrgicos de alta precisión que se realizan utilizando tecnología avanzada, es posible esculpir la figura evitando las incisiones traumáticas, los puntos de sutura y las grandes cicatrices.
Estos procedimientos permiten eliminar depósitos de grasa que deforman la silueta y reducir la flaccidez de las zonas tratadas en una sesión de poco más de una hora. Habitualmente se practican bajo anestesia local y no requieren hospitalización. Por norma general, se puede hacer vida normal al día siguiente de la intervención. El proceso de remodelación corporal consiste en «bombardear» los depósitos de grasa que precisan tratamiento con la energía que genera un aparato tecnológicamente avanzado.
La energía atraviesa la piel, llega al tejido graso y, además de desintegrar parte de los excesos de grasa seleccionados, provoca una contracción de la piel (efecto lifting) capaz de atenuar la flacidez. Las clases de energía más utilizadas son la ultrasónica, la láser y la radiofrecuencia. Dependiendo del caso, se usa una forma u otra o se combinan entre sí. El proceso de desintegración de la grase es muy preciso. Mediante un escáner corporal de alta precisión que permite visualizar el interior de las zonas que hay que tratar y conocer su estado, se determina la cantidad de grasa que es necesario eliminar de cada zona para obtener un buen resultado. Parte de la grasa disuelta se expulsa gradualmente por las vías fisiológicas, y el resto, introduciendo en la zona tratada (a través de una incisión milimétrica que no precisa puntos de sutura) un dispositivo que elimina los depósitos de grasa antiestéticos que hayan podido resistirse a la acción de la energía, y el excedente de grasa que el organismo no puede expulsar.
Finalmente, sobre las zonas de donde se ha extraído la grasa, se efectúa un masaje específico con un rodillo motorizado que actúa homogeneizando la superficie de la piel. Por seguridad y para obtener buenos resultados, es condición indispensable que la técnica sea aplicada por un cirujano especialista y en un ámbito hospitalario. Antes de someterse a la intervención es necesario realizar una visita diagnóstica con el fin de destacar cualquier tipo de contraindicación, conocer los pormenores del método, sus alternativas, las posibles molestias y complicaciones y saber lo que se puede conseguir.
El precio varía en función del números de zonas que sea necesario tratar. La visita diagnóstica cuesta 30 euros y la intervención oscila entre los 2.000 y los 3.000 euros. Los departamentos de atención al paciente de las distintas unidades que realizan este procedimiento ofrecen sistemas de financiación que ponen el tratamiento al alcance de todos los bolsillos.
También puedes probar tú mismo, desde tu casa, un tratamiento con láser para eliminar y prevenir la celulitis antes de ir a cualquier clínica.