Marcas de humedad en la pared: eliminarlas y evitar su reaparición
¿Quién no se ha visto nunca con algún problema de humedad en la vivienda en la que vive? O incluso en la oficina… Los problemas de humedad aunque bastante molestos, son frecuentes en las viviendas y cuando éstas se encuentran en zonas húmedas, este problema puede ser más importante. En cuanto se detecta una zona con olores fuertes a humedad, lo más importante es ver de donde proviene el agua que moja esa zona y luego, actuar en consecuencia. En este post te explicamos como quitar esas manchas y olores de humedad que pueden llegar a ser muy molestos.
Eliminar la fuente de humedad para acabar con las manchas
El primer paso consiste en eliminar la fuente del problema. El techo o las paredes con manchas pueden dar al exterior o a un espacio interior (otra estancia de la misma casa o un piso vecino).
Si dan al exterior, lo más probable es que haya grietas o fisuras que ocasionen filtraciones. Estas pueden ser menores, y derivar en manchas, o más grandes. En este último caso, si están en el techo, acabarán por formar goteras, por lo que es preciso reparar estos daños antes de pintar la pared.
Algo parecido ocurre cuando la superficie da a un espacio interior. El paso de la humedad en general se debe a una cañería rota o a una pared con filtraciones que conduce a una estancia con mucha humedad, como la cocina o el cuarto de baño. Hay que reparar la avería para garantizar que el problema no reaparezca. Se debe tener en cuenta que, por muy pequeñas que sean las fugas en un sistema de fontanería, la humedad siempre acaba por llegar a la pared y ocasionar manchas. Por eso, si no se toma el trabajo de solucionarlo de una vez, no se hará más que postergar la reaparición del inconveniente.
Otro motivo de la formación de manchas en la pared puede ser la mala ventilación de habitaciones con mucha humedad, como cuartos de baño, cocinas, sótanos, desvanes o trasteros. En estos espacios, nada mejor que proporcionar una buena ventilación natural: abrir las ventanas (y puertas, si dan al exterior) después de ducharse o preparar los alimentos, en particular si se ha generado vapor. Si las aberturas al exterior no son buenas, existe la posibilidad de introducir aparatos para facilitar la eliminación de la humedad, como un extractor de aire o un deshumidificador de ambientes.
Aplicar la nueva pintura
Solucionada la avería, se debe quitar la mancha. Para ello, solo hay que decapar la superficie y lijar lo suficiente para borrar todo vestigio del moho u otros restos de humedad que pudieran permanecer.
Si la mancha no es demasiado profunda, es posible que se quite con la aplicación de un limpiador de moho. En cambio, si la contaminación de la humedad ha sido grave, quizá haya que rasquetear mucho o incluso levantar parte del revoque de la pared y, luego, reponerlo. Esto exige bastante trabajo, pero es necesario a fin de garantizar que el problema no se repita.
Tras quitar la mancha, se procede al último paso: la aplicación de la nueva pintura. Conviene usar pintura antihumedad o antimoho, para prevenir la nueva aparición de manchas. Aunque el problema de origen se haya solucionado, es una manera de precaverse ante posibles nuevas averías o ante la posible acumulación de humedad de espacios sin una buena ventilación natural.
En la mayoría de los casos, si la humedad se ha incrustado en la pared lo más seguro es que tengamos que echarla abajo y volver a hacerla. Mientras tanto, una de las soluciones caseras puede ser la utilización de un recipiente con arroz o carbón vegetal para absorber la humedad. Eso sí, esta solución sólo funciona en el interior de muebles. Si el problema se encuentra dentro de la pared habrá que romper toda la pared abajo, tal y como hemos explicado arriba.