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Cómo cocinar espinacas frescas de manera sencilla y saludable
El arte de dominar las espinacas sin perder la cordura
Cocinar espinacas frescas es como bailar salsa: parece fácil hasta que te das cuenta de que hay que mover los pies y las manos al mismo tiempo. Pero tranquilo, aquí no necesitas coordinación, solo una sartén y un poco de paciencia. Lo primero es lavarlas bien, porque nadie quiere un bocado de tierra en su plato. Sumérgelas en agua fría, agítalas como si fueras un DJ mezclando beats y luego sécalas con cuidado. Si tienes una centrifugadora de lechugas, úsala; si no, un paño limpio hará el trabajo. Ya tienes las espinacas listas para la acción.
La magia del fuego: cocinar sin complicaciones
Calienta un chorrito de aceite de oliva en una sartén a fuego medio. Añade un diente de ajo picado (o dos, si eres valiente) y déjalo dorar ligeramente. Luego, echa las espinacas. Verás cómo se reducen como si estuvieran haciendo yoga. No te asustes, es normal. Remuévelas con una cuchara de madera para que se cocinen uniformemente. Si quieres darle un toque extra, agrega una pizca de sal, pimienta y, si te sientes aventurero, un poco de nuez moscada. En menos de cinco minutos, tendrás unas espinacas tiernas y sabrosas.
Ideas para que no te aburras de las espinacas
Si quieres salir de la rutina, prueba añadir un chorrito de limón al final para darle un toque fresco. Otra opción es mezclarlas con queso fresco o parmesano rallado. Si eres fan de los sabores intensos, añade unas aceitunas negras o unos tomates secos. Las espinacas también son geniales en tortillas, cremas o como acompañamiento de pescados y carnes. La clave está en experimentar sin miedo. Y recuerda: aunque las espinacas son saludables, no te conviertas en Popeye de la noche a la mañana.
¿Tienes dudas? Aquí las resolvemos con estilo
¿Se pueden congelar las espinacas frescas? Sí, pero es mejor blanquearlas antes. Sumérgelas en agua hirviendo un minuto, luego en agua fría y sécalas bien antes de congelarlas.
¿Qué hacer si las espinacas quedan muy aguadas? Escúrrelas bien después de cocinarlas o añade una cucharada de harina durante la cocción para espesar.
¿Es necesario quitar los tallos? Depende de tu gusto. Los tallos más gruesos pueden ser fibrosos, pero los más tiernos son perfectamente comestibles.
¿Se pueden comer crudas? ¡Claro! En ensaladas, batidos o como base para wraps, las espinacas crudas son una opción fresca y rápida.
Consejos esenciales para cocinar espinacas frescas y conservar sus nutrientes
Las espinacas son como esos amigos que siempre están ahí para ayudarte, pero si no las tratas bien, se desvanecen en un abrir y cerrar de ojos. Para mantener sus nutrientes intactos, evita cocinarlas en exceso. Un salteado rápido en una sartén con un chorrito de aceite de oliva es suficiente. Si las hierves, usa poca agua y no las dejes más de un minuto, o terminarás con algo que parece más un experimento fallido que una verdura. Y si te preguntas por qué se reducen tanto, es porque las espinacas tienen un 90% de agua, así que no te asustes si tu montaña de hojas se convierte en un pequeño montículo.
Otra clave es lavarlas bien antes de cocinarlas. Las espinacas pueden traer consigo un poco de tierra o arena, y nadie quiere un toque crujiente inesperado en su plato. Sumérgelas en agua fría, remueve con cuidado y repite el proceso hasta que el agua esté limpia. Luego, sécalas con un paño limpio o una centrifugadora de ensaladas. Si las cocinas húmedas, el exceso de agua puede diluir los sabores y hacer que pierdan su textura. Y no, no es necesario que las seques como si fueran a desfilar por una pasarela, pero un poco de cuidado aquí hace la diferencia.
¿Cómo almacenar las espinacas para que duren más?
Si quieres que tus espinacas se mantengan frescas como el primer día, guárdalas en el refrigerador en un recipiente hermético con una toalla de papel absorbente. Esto ayuda a absorber la humedad y evita que se marchiten prematuramente. Si las compraste en una bolsa, ábrela y revisa que no haya hojas dañadas, porque una espinaca podrida puede arruinar a todas sus compañeras. Y si no las vas a usar en unos días, congélalas. Solo blanquéalas primero (un minuto en agua hirviendo y luego en agua helada) para conservar su color y nutrientes.
Preguntas que te haces pero no te atreves a decir en voz alta
¿Las espinacas crudas son más nutritivas que las cocidas? Depende. Crudas mantienen mejor la vitamina C, pero cocidas aumentan la biodisponibilidad de hierro y calcio. Así que, ¿por qué no ambas?
¿Puedo usar las espinacas congeladas directamente? Sí, pero si las vas a saltear, descongélalas primero y escúrrelas bien. Si no, terminarás con un charco en la sartén.
¿Qué hago si las espinacas tienen un sabor amargo? Añade un toque de limón o vinagre balsámico al cocinarlas. El ácido equilibra el amargor y le da un giro interesante al plato.