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Cómo cocinar mijo y no morir en el intento
Los secretos del mijo: cocción y preparación
El mijo, ese pequeño grano dorado que parece salido de un cuento de hadas, requiere un poco de atención, pero no te preocupes, no es un monstruo de mil cabezas. Para cocinarlo, primero hay que lavarlo bien; esto eliminará cualquier impureza y, aunque no lo creas, mejorará su sabor. Enjuágalo bajo agua fría, dejándolo escurrir en un colador. Luego, la proporción mágica es una parte de mijo por dos de agua. Lleva el agua a ebullición, añade el mijo, baja el fuego y cubre. La cocción debe durar unos 15-20 minutos, hasta que el líquido se haya evaporado. ¡Recuerda no abrir la tapa! La curiosidad es buena, pero no aquí.
Variedades de preparación para un mijo delicioso
Una vez cocido, el mijo se puede disfrutar de mil maneras. Puedes añadirle verduras al vapor, como zanahorias y brócoli, o un poco de aceite de oliva y hierbas frescas para darle un toque mediterráneo. Si te atreves, ¡incorpora especias! Un poco de cúrcuma o comino puede transformar este grano en una experiencia culinaria extraordinaria. Otra opción fascinante es hacer un risotto de mijo, utilizando caldo en lugar de agua durante la cocción. Esto le dará un sabor profundo y umami, como si estuvieras en un restaurante de alta cocina, pero en casa.
Preguntas que asaltan la mente del cocinero
- ¿Puedo cocinar mijo en una olla arrocera? ¡Por supuesto! Solo ajusta las proporciones de agua y sigue las instrucciones del aparato.
- ¿Qué otras recetas puedo hacer con mijo? Desde hamburguesas vegetales hasta ensaladas frescas, las posibilidades son infinitas.
- ¿El mijo es libre de gluten? Así es, es una excelente opción para quienes buscan alternativas sin gluten.
- ¿Cómo puedo almacenar el mijo cocido? Simplemente déjalo enfriar y guárdalo en un recipiente hermético en el refrigerador por hasta una semana.
Trucos para que el mijo sea la estrella de tu mesa
¡Transforma el mijo en un manjar!
El mijo, ese pequeño grano dorado, tiene el potencial de brillar en tu mesa. Para lograrlo, el primer paso es elegir un buen mijo. Opta por el mijo perlado, que es más suave y tiene una textura encantadora. Antes de cocinarlo, recuerda enjuagarlo bien para eliminar cualquier impureza. Este sencillo truco hará que cada bocado sea un placer. Cocínalo en caldo de verduras en lugar de agua, y verás cómo absorbe todos esos sabores, convirtiéndose en un acompañamiento perfecto para tus platos.
Recetas que hacen magia con el mijo
El mijo no solo es versátil, sino que puede ser el protagonista en diversas recetas. ¿Qué tal una ensalada fresca? Mezcla mijo cocido con vegetales crujientes, como pepinos y pimientos, y añade un aliño de limón y aceite de oliva. La combinación de texturas y sabores hará que tus comensales pidan más. Otra opción es prepararlo como un delicioso risotto. Cocina el mijo lentamente, añadiendo caldo poco a poco, junto con champiñones salteados y espinacas. ¡Un plato que dejará huella!
Un toque de creatividad en cada plato
No hay límites para la creatividad con el mijo. Puedes añadirlo a sopas para darles cuerpo o incorporarlo en hamburguesas vegetales. Mezcla el mijo con legumbres, especias y hierbas frescas para crear una mezcla sabrosa que sorprenderá a todos. Para un postre inesperado, prueba un pudín de mijo. Cocina el mijo en leche de coco y endulza con miel o azúcar de coco. Decora con frutas frescas y nueces para un final dulce que deleitará a tus invitados.
Preguntas que despiertan el apetito
- ¿Cómo puedo hacer que el mijo tenga más sabor?
Prueba cocinarlo en caldo o añadir hierbas y especias durante la cocción. - ¿El mijo es apto para personas con intolerancias?
Sí, es libre de gluten y una opción excelente para quienes lo evitan. - ¿Cuánto tiempo debo cocinar el mijo?
Generalmente, entre 20 y 25 minutos, hasta que esté tierno y haya absorbido el líquido. - ¿Puedo usar mijo en platos dulces?
Absolutamente, su textura y sabor se prestan bien para recetas dulces como pudines y gachas. - ¿Cuál es la mejor forma de almacenar el mijo?
Guardarlo en un lugar fresco y seco, en un recipiente hermético para preservar su frescura.