5 cócteles que no puedes dejar de probar

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El verano se mantiene arrasando con el calor y con un sol de justicia. Y aun así seguimos yendo a fiestas, tomando algo en el chiringuito de una playa bajo cuarenta grados de sol y disfrutando de todos los saraos que estos meses nos ofrecen. Tenemos agua fría en la nevera, hielos suficientes para construir varios icebergs y muchas, muchas ganas de tomar bebidas ricas. ¿Y qué hay más rico – y de paso más chic – que un cóctel? Hoy os enseñamos 5 cócteles que tenéis que probar, al menos una vez, este verano ¡marchando!

Bloddy Mary

El Bloddy Mary nace en el año 1921 de las manos del dueño del ‘Harry’s New York Bar’ de París, Fernand Petiot que mezcló vodka y jugo de tomate a partes iguales. Cuando se trasladó a vivir a Nueva York se llevó el cóctel consigo y ,a fuerza de servírselo a sus clientes se convirtió en un cóctel de referencia. Su nombre, Bloddy Mary (María Sangrienta) hace referencia a María I de Inglaterra (María Tudor) a la que se le apodó de esta manera por rebelarse contra varios religiosos protestantes y su propio padre, Enrique VIII, en el siglo XV. Aunque la receta tradicional sólo llevaba esos dos ingredientes, más adelante se le añadieron otros que dieron más sabor a este cóctel que, comúnmente le llamaban ‘Red Snapper’.
Ingredientes: 40 ml de vodka, 75 gr de jugo de tomate, 15 ml de zumo de limón, dos gotas de Tabasco, otras dos de salsa Worcestershire, sal, pimienta negra y hielo. Se sirve en vaso algo con sal escarchada alrededor del borde y se remueve, no se agita.

Cosmopolitan

La mayoría conocemos este estupendo cóctel de las manos de Carry Bradshaw y sus amigas en ‘Sexo en Nueva York’. ¿Quién no quiere salir del trabajo y tomarse un estupendo cóctel que te quita todos los males? El cosmopolitan tiene un origen controvertido porque son muchos los barmans famosos a los que se atribuye. Aun así, la mayoría de la gente está dispuesta a darle el honor a Cheryl Cook, coctelera que trabajaba en un bar llamado ‘The Strand’ en South Beach (Florida). Se dice que el Cosmopolitan nació para ser un cóctel con mucho glamour y algunos aseguran que su receta original nació en los años 70 en la comunidad gay de Massachussets.

Ingredientes: 45 ml de vodka, 15 ml de Cointreau, un chorrito de zumo de arándanos, 10m de zumo de limón o lima, hielo y cáscara de naranja para decorar.

Cóctel tequila sunrise

Tequila Sunrise
Se dice que la primera vez que se elaboró este cóctel fue una madrugada en el Arizona Baltimore Hotel de Phoenix, en Estados Unidos. Un barman mezcló los ingredientes y se lo enseñó a su jefe al amanecer. Sorprendentemente este cóctel tenía los mismo colores del inicio del día, de ahí su nombre. Además de un riquísimo cóctel, también es el nombre de una película que lo popularizó todavía más si cabe y le dio fama internacional. ‘Tequila Sunrise’ se vio por primera vez en el año 1988 y sus actores protagonistas eran Mel Gibson. Michelle Pfeiffer y Kurt Russell.

Ingredientes: 60 ml de tequila, 175 ml de zumo de naranja, un chorrito de granadina, hielo picado y rodaja de naranja y cereza para decorar. Se sirve en vaso alto.

Caipirinha

Su origen se remonta al siglo XIX en Brasil, donde era muy común que los campesinos bebieran jugo de caña de azúcar (garapa) a diario y mezclado con aguardiente local (cachaça) en las fiestas. Má adelante se le añadió limón o lima dando lugar a unas bebidas llamadas ‘batidas de limao’. Ese es el origen de la caipirinha. ¿Y el nombre? Viene de mezclar la palabra ‘caipira’, que significa campesino y ‘Curupira’ o ‘Curpirinha’, en referencia a un demonio de los bosques al que se mencionaba cuando la bebida empezaba a hacer su efecto. Ese nombre se instituyó para esta bebida en el año 1900 y la caipirinha llegó a convertirse, hasta el día de hoy, en un símbolo de Brasil.

Ingredientes: 5c. de cachaça, media lima fresca cortada, hielo picado y 2 cucharadas de azúcar. Se sirve en vaso alto.

Coco Loco

Una bebida que se llame coco loco irremediablemente tiene que estar buena. Es sinónimo de verano, de fiesta, de Caribe y de todo lo que nuestra imaginación pueda contar. Su origen es incierto pero sí es seguro que es una de las bebidas más famosas del Caribe y la bebida estrella de la isla de San Andrés, en Colombia. Dependiendo de la zona en la que se prepare será diferente.

Ingredientes: 45 ml de vodka, 45 ml de tequila, 45 ml de ron blanco, 55 ml de crema de coco, 110 ml de jugo de limón y hielo picado. Lo ideal sería servirlo dentro de un coco, pero si no lo tenemos a mano un vaso alto con pajita y sombrilla es una opción estupenda.

Las combinaciones pueden ser infinitas y sólo un amante de los cócteles estará dispuesto a probarlas todas. Nosotros vamos a empezar por estas cinco para celebrar que el verano ya está aquí. ¡Chin, chin!

Martes 13, día de mala suerte: mitos y verdades

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Martes y 13. Eso significa, si sufres de trezidavomartiofobia, que hoy no querrás ni salir de casa por miedo a que suceda algo terrible. Y es que la fobia a la fecha de martes y 13 es una realidad. Otra cosa bien distinta es si tiene sentido: no, no existe ningún fundamento científico (ni religioso) que avale que un martes 13 es un día maldito. Sin embargo, la creencia de que este día trae mala suerte existe desde la Antigüedad.

Desentrañar su secreto puede ser complicado, pero hoy nos atrevemos a contar cuánto tiene de mito y cuánto de verdad la creencia popular de que el martes 13 es un día de mala suerte.

El origen: la suma de las partes
Únicamente en España, Grecia y en algunos países de América Latina el martes 13 es una fecha señalada. En el mundo anglosajón, por ejemplo, el día más temido por los supersticiosos es el viernes 13. El día de la semana varía, pero el número se mantiene: el 13.

El año tiene 12 meses; el día, 12 horas; las casas astrológicas también son 12; los Apóstoles del Cristianismo eran 12; a Hércules le encargaron 12 trabajos… el 12 es, desde que el hombre tiene memoria, un número redondo, completo, el que cierra el círculo. Quizá por eso, el 13, el que viene justo después para romper el equilibrio, es un número considerado maldito. Así, en el Tarot la carta 13 es la Muerte; la Cábala judía habla de 13 espíritus del mal; la Biblia menciona la llegada del Anticristo en el capítulo 13 del Apocalipsis; el dios nórdico Loki era el invitado número 13 de una cena que desembocaría, por su culpa, en la llegada de la oscuridad a la Tierra… y así podemos seguir líneas y más líneas.

Por otra parte, el martes es el día de la semana dedicado al dios Marte, la deidad de la guerra, esto es, de la sangre, la violencia y la destrucción. De ahí el dicho “en martes, ni te cases ni te embarques”.

Unidos ambos, martes y 13, la imaginación vuela alto. Por ejemplo, cuenta la leyenda que la confusión de lenguas en la Torre de Babel (que dio origen a los diferentes idiomas según la Biblia) se produjo un martes 13.

Y dice la Historia que la caída de Constantinopla durante la Cuarta Cruzada sucedió un martes 13, el 13 de abril de 1204; o que la población de Játiva, en Valencia, fue abatida por los musulmanes el martes 13 de junio de 1276.

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Los efectos: del 12 pasamos al 14
Hasta aquí, el martes 13 es sólo una superstición, pero, eso sí, una superstición con siglos de historia. Que ciertos acontecimientos negativos sucedan un martes 13 no es más que fruto de la casualidad.

Sin embargo, la superstición ha calado tan hondo en la cultura popular, sobre todo la fobia al número 13, que la mayoría de los hoteles no tienen habitación ni piso número 13, los aviones tampoco cuentan con una fila 13, y por Madrid no circula una línea 13 de autobús urbano. Al fin y al cabo, el ser humano siempre ha sido susceptible al miedo.

En el mundo anglosajón, la fobia al viernes 13 va más allá y sus efectos se notan incluso en la economía, ya que quienes temen ese día evitan hacer compras o realizar viajes por miedo a que suceda algún desastre.

Pero, como en todo, hay quien le da la vuelta al asunto y elige el martes 13 como una fecha de buena suerte (por algo es la terminación que más pronto se agota de la Lotería de Navidad).

Y tú, ¿tienes alguna superstición sobre este martes y 13?

Alimentación consciente: el proceso de alimentarnos correctamente

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A estas alturas todos hemos oído hablar del mindfulness, la atención consciente y plena sobre lo que hacemos o lo que sentimos. El mindfulness surge en la actualidad de una necesidad, la de tomarnos tiempo para nosotros, para disfrutar de lo que nos rodea, de lo que sentimos y de la vida que vivimos día a día. En una época marcada por el estrés y las prisas, el ser humano necesita, a lo largo del día, momentos de relax y de concentración sobre lo que está haciendo. Sólo de este modo es consciente de su vida y de la satisfacción de los pequeños placeres que nos rodean.

Una de las partes más importantes de una actitud mindfulness ante la vida es la denominada alimentación consciente o ‘mindful eating’. La alimentación consciente es el arte del mindfulness llevado a la nutrición, el arte de comer despacio, de poner todos nuestros sentidos en el proceso de ingesta de alimento.

Somos lo que comemos
Todos hemos dicho esta frase en alguna ocasión. Pero ¿de dónde viene? ¿Qué significa realmente? Esta frase pertenece al escrito ‘Enseñanza de la alimentación’ del filósofo y antropólogo alemán Ludwin Feuerbach. Escrita en el año 1850 hace referencia a la época convulsa en la que se vivía en la que la Iglesia hablaba tan sólo de alimentar el espíritu dejando para el cuerpo tan sólo los alimentos básicos para vivir (pan y agua). Feuerbach alegaba que sólo una buena alimentación conseguiría que el pueblo mejorase.

Pero ya mucho antes, en la época de los griegos clásicos, Hipócrates hablaba de la necesidad de una buena alimentación. Lo plasmó en una de sus famosas citas: ‘Sea el alimento tu medicina y la medicina tu alimento’.

De este modo, parece que tenemos claro que una buena alimentación es la base de una persona sana, tanto física como mentalmente.

Alimentación inconsciente
En la actualidad, quien más y quien menos practica la ‘alimentación inconsciente’. Parece que no hay tiempo que perder, y mucho menos en algo tan banal como la comida. Entonces nos olvidamos de una buena alimentación (esa quizá la dejamos para el fin de semana o para las vacaciones) y engullimos lo primero que tenemos a mano. Barritas energéticas, comida de la máquina del trabajo, comida rápida… esos suelen ser los menús que nos acompañan cada día en nuestros trabajos. Algo que nos quite el hambre y nos entretenga el menos tiempo posible. Pero a la larga, este tipo de ‘alimentación inconsciente’ es perjudicial para nuestra salud, tanto física como mental.

Cómo alimentarnos conscientemente
Alimentarse conscientemente es una forma de vida. Os proponemos los siguientes consejos para llevarla a cabo y cambiar nuestra percepción de lo que comemos.

La primera pregunta que debemos hacernos es: ¿tenemos hambre o es ansiedad? ¿O aburrimiento? ¿O capricho? Si a lo largo del día (exceptuando las comidas esenciales) las respuestas a estas preguntas son afirmativas, entonces estamos haciendo algo mal. Debemos olvidar ese tipo de alimentación. Sugerencia: podemos beber un vaso de agua, o salir a caminar, etc., es decir, distraernos para eliminar esa ingesta de alimentos innecesaria.
La hora de comer. Es fundamental que la hora de comer sea la hora de comer. No la hora de adelantar trabajo, ni de consultar el móvil, ni de ver ‘qué ha pasado en el mundo’ ni nada por el estilo. Debemos centrarnos en lo que estamos comiendo, en las sensaciones que nos producen los alimentos que tenemos en la mesa.
Mesa para invitados. Preparemos el momento de la comida como si fuéramos a invitar a alguien a comer. Un mantel bonito, unas flores, una decoración que nos guste, etc. Presentemos los platos adecuadamente como si estuviéramos en un restaurante. La satisfacción de lo que nos rodea mientras comemos aumentará nuestro positivismo.
Comer despacio. Es fundamental comer despacio. ¿De verdad tenemos tanta prisa que no podemos dedicar 20 minutos a la hora de comer? Seguramente dedicamos más tiempo a mirar las redes sociales en nuestro móvil. Debemos masticar bien y saborear la comida. Descansar entre plato y plato, e incluso entre bocado y bocado. Comer debe ser un placer, y los placeres se disfrutan lentamente.
Practicar, practicar, practicar. Es posible que debido al trabajo, a las tareas extra o al cuidado de los hijos, nos resulte complicado comer de forma consciente todos los días. Está bien. Empecemos poco a poco, al menos una o dos veces por semana y vayamos añadiendo días a lo largo del tiempo.
Comer conscientemente es fundamental para una buena salud. Y como todos sabemos, la salud es lo primero. Comer de manera consciente ayudará a nuestro cuerpo y a nuestra mente a relajarse y a disfrutar del momento, porque la vida está hecha, simplemente, de momentos.

Dieta vegetariana: claves para llevar una dieta sana y equilibrada

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La clave de una buena salud es seguir una dieta completa y sana, que aporte todos los nutrientes y vitaminas que se necesitan para el buen funcionamiento del cuerpo y los órganos. Tener un estilo de vida vegetariano no tiene por qué ser sinónimo de deficiencia de nutrientes. Simplemente hay que seguir una serie de claves, como planificar los menús de forma variada y consumir las vitaminas necesarias para una salud de hierro.

Te damos una serie de consejos para alimentarte bien con una dieta vegetariana.

Variedad
Incluye todo tipo de verduras y frutas. En la variedad está la salud. Hay muchos tipos distintos de verduras y muchísimos productos de origen no animal que puedes añadir a tu dieta. Varía tanto como puedas para beneficiarte de todos los nutrientes.

Presta especial atención al consumo de calcio. Incluye en tus platos vegetales de hoja verde como la col o las berzas y consume mucha fruta. La fruta aporta potasio que contrarresta la pérdida natural de calcio. Al contrario de lo que se piensa, lácteos y productos de origen animal no contienen tanto calcio como se cree; además su consumo hace que el cuerpo pierda grandes cantidades de este mineral. Sin embargo alimentos como plátanos, naranjas o pimientos aseguran la retención de calcio en el cuerpo.

Consume vitamina B12. Una de las vitaminas claves para el ser humano es la B12, que repara el ADN, combate las enfermedades del corazón y protege del deterioro cognitivo. La falta de vitamina 12 puede genera problemas de fatiga, anemia o depresión y la falta continua llega a provocar daños en el sistema nervioso y el cerebro. La vitamina B12 es necesaria para tener unos niveles de energía correctos y ya que suele encontrarse sólo en los alimentos de origen animal, aquellas personas que sigan una rigurosa dieta vegetariana deben tomar suplementos en forma de vitaminas. Consultar con un especialista es la mejor opción para un consumo seguro y adecuado.

Consume vitamina D. Suele estar presente en embutidos o pescados, pero también la podemos encontrar en cereales, hongos y productos lácteos (en el caos de los ovolacteovegetarianos). La vitamina D ayuda al organismo a producir calcio y lucha contra el envejecimiento prematuro. Añade a tu dieta estos alimentos. También es beneficioso tomar el sol durante 10 minutos durante 3 o 4 días a la semana. Unos niveles básicos de vitamina D son necesarios para no tener problemas óseos de consideración.

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Las legumbres, tus aliadas
Aumenta el consumo de proteínas. No sólo la carne tiene proteínas, tan necesarias para una buena salud, sino también otro tipo de alimentos como las legumbres. Procura incluir en cada plato de tu planificación semanal productos como las lentejas, las habas o los garbanzos).

Atención al consumo de hierro. Una dieta vegetariana puede estar reñida con unos niveles normales de hierro, puesto que al cuerpo humano le resulta complicado extraer el hierro de los vegetales. Para eso es bueno combinar el consumo de vitamina C con alimentos con acidez (los limones son un buen aderezo de ensalada puede ser fundamental para el consumo de hierro). Incluye en tu dieta alimentos que aporten hierro como las legumbres (y recuerda, que las espinacas son una rica fuente de hierro es un mito alimentario).

No olvides los frutos secos. Son una gran fuente de ácidos grasos y proteínas. A falta de ingesta de carne, los frutos secos son un excelente sustitutivo y muy buenos para tener el colesterol bajo. Son fuentes de energía y calorías que, en su justa medida, son necesarias para una alimentación sana. Además mejoran la salud del corazón, ayudan a prevenir el cáncer y regular el peso. Inclúyelos en tus platos o tómalos como aperitivo.

Sigue la regla del PBC. Dicho así puede ser algo raro, pero esta pauta es muy sencilla. Sigue la regla del ‘’plato del buen comer’’ que indica que, en cada ingesta de alimentos se debe consumir al menos un alimento de cada grupo: verduras y frutas; cereales y tubérculos y leguminosas y alimentos de origen animal. Como estos últimos están fuera de discusión en una dieta vegetariana, simplemente hay que sustituir sus nutrientes por otros que aporten los alimentos permitidos.

Una buena planificación y buen disposición a la hora de probar nuevos alimentos son las dos claves a tener en cuenta para seguir una dieta equilibrada sana. Después… ¡en la variedad está el gusto!

La astenia otoñal: qué es y cómo combatir la astenia en otoño

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Se acerca el otoño: los días se hacen más cortos, las noches llegan antes, los cielos se nublan con más frecuencia y la chaqueta es necesaria a prácticamente cualquier hora. Estos cambios no sólo afectan a nuestra rutina diaria (salimos menos), también a nuestro cuerpo. Y es que la merma en la luz solar que recibimos provoca una serie de síntomas que se conocen como astenia. Probablemente hayas oído hablar de ella con la llegada de la primavera, pero lo cierto es que la astenia también se produce en otoño.

La causa principal de este trastorno se encuentra en las hormonas que regulan el funcionamiento del cuerpo, y cuya producción no siempre se adapta bien a los reajustes de luz, temperatura y horarios que se producen con el cambio de estaciones. Por eso, cuando sufrimos astenia dormimos mal, estamos más cansados, nos cuesta concentrarnos, tenemos debilidad muscular y nos sentimos más tristes. Dicho de otro modo, nos invade la fatiga y perdemos vitalidad sin razón aparente.

Los síntomas de la astenia, que obviamente pueden variar de una persona a otra, suelen durar unos días o unas pocas semanas. En cuanto la máquina de nuestro cuerpo se adapta a la nueva estación, recuperamos la energía.

De todos modos, existen varios trucos para evitar la astenia, o al menos para que el malestar que provoca no sea excesivo. La clave de todos ellos está en la vida sana.

Dieta rica en frutas y verduras de otoño
La principal arma ante la astenia es una dieta equilibrada y rica en vitaminas, fibra y proteínas. Con la bajada de las temperaturas nuestras defensas se resienten, por lo que es más necesario que nunca incluir numerosas frutas y verduras en nuestra dieta. En cuanto a las proteínas, estas ayudan al buen funcionamiento del sistema nervioso.

La naturaleza, además, es inteligente, por lo que los productos propios del otoño son los que precisamente mejor nos defenderán de la astenia. Así pues, estos días no te prives de setas, berenjenas, calabazas, mandarinas, granadas ni uvas. Tampoco puedes elegir entre algunos de estos alimentos estimulantes para combatir la ansiedad.

Y, por supuesto, huye de la cafeína, el tabaco y el alcohol.

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Comidas más ligeras y mucha agua
Mantener nuestro cuerpo hidratado es fundamental para hacer frente a cualquier amenaza, incluida la astenia. Por lo tanto, te aconsejamos beber mucha agua y, además, evitar las comidas copiosas. Es preferible que comas menos pero más veces al día. De esta forma te sentirás con fuerza y energía en cualquier momento.

Busca el sol
La causa principal de la astenia es la disminución de la luz solar, no su ausencia. Así, es lógico que el mejor remedio consista en salir a la calle y aprovechar al máximo las horas de luz. De esta forma a tu cuerpo le costará menos adaptarse a la nueva estación. Además, segregarás serotonina, también conocida como la hormona de la felicidad.

Haz ejercicio
Tan sabido es que la serotonina es la hormona de la felicidad como que las endorfinas, las que liberamos cuando hacemos ejercicio, nos hacen sentir mejor. Si quieres evitar la falta de vitalidad propia de la astenia, procura hacer ejercicio moderado todos los días durante aproximadamente una hora. Basta con salir a caminar a buen ritmo, mejor, además, con luz del día.

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Duerme las horas suficientes
Cuando sufrimos astenia estamos cansados a cualquier hora del día y, para colmo, tenemos dificultades para dormir. Si queremos prevenirlo, tenemos que regular nuestros horarios y tratar de acostarnos y levantarnos todos los días a la misma hora. También es aconsejable que procuremos dormir al menos 8 horas al día.

Motívate
Ya incluimos vitaminas en nuestra dieta, bebemos mucho líquido, salimos al sol, hacemos ejercicio y cumplimos nuestros horarios de sueño. ¿Qué falta para evitar la astenia otoñal? Una tarea intelectual que nos motive de verdad. Para no caer en el círculo vicioso de la falta de concentración, que nos machaca mentalmente y nos hace perder mucho tiempo, lo ideal cuando llega el otoño es buscar actividades que nos estimulen. Cada uno tendrá su preferida, pero aquí van un par de recomendaciones: lee ese libro que llevas tiempo deseando descubrir; haz un puzzle; completa el álbum de fotos de las vacaciones…

Y así, sin darte cuenta, superarás el cambio de estación sin que tu cuerpo y tu mente se resientan.