Animales

Los cinco alimentos que nunca debería ingerir un gato

Los gatos, como todos los demás animales y seres vivos suelen tener preferencias a la hora de elegir su comida. Y aunque la gran mayoría de los que tienen gatos eligen darles la comida que les corresponde, con raciones ya preparadas, muchos otros eligen hacerles la comida ellos mismos. Hay que saber que aunque nuestros pequeños felinos sean capaces de comer cualquier cosa (o casi) de lo que les demos, hay ciertos alimentos que no deberían ingerir nunca. En este vamos a ver 5 alimentos que no es recomendable dar a los gatos.

1. Las vísceras del pescado crudas: un peligro para el gato

Ciertos mitos y leyendas urbanas sobre los alimentos que le gustan al gato fomentan errores con respecto a su alimentación, que pueden costar caros. Es el caso de la creencia de que el gato es un animal pescadero por naturaleza, que no es del todo cierta.

No obstante,  sí no es del todo mentira: porque el felino es carnívoro y, por tanto, el pescado le gusta y debe formar parte de su dieta.

La parte desconocida sobre el gato que come pescado es que la ingestión excesiva de vísceras de esta carne crudas puede provocarle parálisis o rigidez muscular (denominada parálisis de Chastek). La razón es que contienen un componente que destruye la vitamina B1, «cuya carencia provoca la parálisis en los músculos del gato», explica Juan Antonio Aguado, veterinario.

Otro peligro para el gato que consume pescado son las espinas, que le pueden producir perforaciones en el esófago y obstrucciones intestinales. Además, conviene recordar que el pescado crudo contiene un parásito llamado anisakis que puede provocar en el gato molestias estomacales.

2. La sal para el gato, en muy pequeñas cantidades

Un gato debe ingerir poca sal para evitar cúmulos de restos salinos en el riñón que le provoquen problemas urinarios. Los alimentos específicos para ellos contienen la proporción adecuada de sal, pero si el dueño quiere ofrecer algún extra culinario de manera puntual, es recomendable jamón york o pavo bajo en sal.

El gato con problemas cardiovasculares deben evitar la sal siempre, para mantener su enfermedad bajo control.

3. La leche para el gato: cuanto menos, mejor

La leche se suele asociar al gato como un alimento que le gusta y le sienta bien. Sin embargo, no siempre es así. «El gato que tiene intolerancia a la lactosa e ingiere leche puede sufrir diarrea», comenta Manuel Lázaro, veterinario.

No obstante, hay felinos a los que este alimento les sienta bien, pero es aconsejable ofrecérselo en pequeñas cantidades y de manera esporádica.

4. Huesos de pollo

Los huesos de pollo resultan peligrosos para el gato porque su ingestión le puede provocar daños en el intestino, como perforaciones u obstrucciones. En caso de ofrecer pollo al gato, lo más recomendable es hacerlo cocido y si huesos.

5. El chocolate, un dulce peligroso

El chocolate contiene teobromina y el gato tiene un metabolismo que carece de la capacidad de eliminar esta sustancia. Por ello, si se acumula en grandes cantidades en la sangre del felino, resulta tóxica y mortal para él.

 

Aunque en todas las películas e historias en las que aparecen un gato siempre se le asocia con un vaso de leche o el pescado, hay que saber que éstos pueden resultar perjudiciales para ellos. De la misma forma, si tenemos plantas en casa y éstos se empeñan en probarlas y comerlas, pueden resultar ser muy tóxicas para nuestro felino. Hay que tener cuidado ya que un gato de delgado o de peso normal puede sufrir diarreas o vómitos si ingieren cantidades de algún alimento que no sea su pienso habitual, por muy pequeña cantidad que sea.