Nuestros perros inclinan la cabeza cuando les hablamos, ¿por qué?
Más de una vez nos hemos preguntado por qué nuestro perro, al llamarle o al hablarle de forma continua según varios tonos de voz, ha inclinado la cabeza. Aunque los científicos no tienen una explicación clara, uno de los motivos es que mejoran su visión de nuestra cara o también porque nos oyen mejor. Seis de cada diez perros inclinan la cabeza cuando les hablamos o les llamamos como un gesto normal. Seguro que tu perro lo ha hecho alguna vez!
¿Por qué los perros inclinan la cabeza cuando les hablamos?
Hablamos con el perro y, de pronto, el peludo amigo ladea su cabeza. La escena no extrañará a quienes han convivido con un can. Este gesto resulta adorable y entrañable a partes iguales. Intriga a los amantes de los animales y fascina a los expertos. Pero, ¿por qué el perro inclina la cabeza cuando le hablamos?
Los especialistas en comportamiento canino no se ponen de acuerdo, pero sí arrojan algunas hipótesis plausibles para entender este agradable gesto, que consigue miles de visitas en YouTube. ¿Quién no ha visto aún el entrañable vídeo con cuatro perros carlinos que inclinan la cabeza cuando su dueño les habla? La grabación ha conseguido, por el momento, nada menos que cerca de cuatro millones de reproducciones.
¿El can ladea la cabeza para entendernos mejor?
Algunos expertos sugieren que los canes inclinan la cabeza con el fin de escuchar mejor lo que les decimos. En otras palabras, el peludo amigo movería su cabeza para adaptar sus pabellones externos del oído a la dirección de nuestra voz y, de este modo, escucharnos mejor.
Los canes reconocen cerca de 165 palabras humanas (algunos más) y son capaces de contar hasta cinco, concluyen investigaciones recientes. Entonces, no sería extraño que ladeen la cabeza para distinguir mejor algunos de estos vocablos y expresiones claves del idioma humano, como «¡Es la hora de la comida!» o «¿Quieres salir a la calle?».
Cuando un perro inclina la cabeza trata de identificar palabras y entonaciones familiares, que el animal asocia a determinadas actividades, como salir al parque u obtener un premio comestible. El adorable gesto, además, no suele tardar en causar efecto positivo en su interlocutor. ¿Quién no puede resistirse ante la cautivadora estampa de un perro que nos mira con semejante expresión de atención? Esto explicaría, en consecuencia, que el animal no dude en repetirlo: las recompensas y muestras de cariño obtenidas por parte de su amigo de dos piernas son un atractivo aliciente y, además, un acicate que fortalece la comunicación entre canes y personas.
Los perros inclinan la cabeza para vernos mejor
Los perros inclinan la cabeza cuando les hablamos porque este gesto facilita su visión de nuestra boca. ¿Cuál es la razón? El hocico reduce la visibilidad frontal del animal y, en concreto, en su posición habitual el can no ve la zona inferior de nuestro rostro: es decir, la boca de su interlocutor.
Cualquiera de nosotros puede experimentarlo: pruebe a colocar su nariz dentro de su mano enrollada en forma de puño; eso le permitirá ver el mundo del mismo modo que un perro con hocico. Una vez realizado este intento frente a una persona que habla, no es difícil entender cómo la visibilidad de la cara del que habla se reduce. Pero, ¿qué ocurre si uno ladea su cabeza, igual que haría un perro mientras le hablamos? Entonces, ¡el campo de visión crece y es más difícil perder de vista la boca de quien charla!
Un científico apoya su versión con un experimento, realizado con 582 canes. Sus dueños fueron preguntados acerca de los ladeos de cabeza de sus peludos compañeros. ¿Cuáles fueron los resultados? El 60% de los perros mueve su cabeza de forma habitual cuando las personas les hablamos.
Pero este dato tiene sus matices, en función del tamaño del hocico. Siete de cada diez canes con hocicos grandes (peores para la visión, por su mayor longitud) inclinan su cabeza de manera habitual cuando sus dueños hablan con ellos. Esta es una cifra superior a la de sus compañeros chatos o braquiocefálicos, como el bulldog o bóxer (el 50%). ¿El motivo? Para estos peludos amigos, sin hocico largo, es más sencillo leer nuestros labios sin inclinar tanto la cabeza.
Este gesto tan tierno que nos reproducen muchos de nuestros perros tiene ciertas explicaciones como una forma de que nuestro perro nos oiga mejor, dirigiendo los oidos hacia la fuente de voz, o incluso una forma de vernos mejor cuando les hablamos ya que el hocico les impide una amplia visión.