Como cocinar espárragos blancos: el arte de convertir lo simple en sublime

Foto extraida del video de Youtube


Cómo cocinar espárragos blancos de manera fácil y rápida

Los espárragos blancos son esos *caballeros elegantes* del mundo vegetal que, con su palidez aristocrática, siempre parecen pedir un trato especial. Pero no te dejes intimidar: cocinarlos es más sencillo de lo que parece. Lo primero es pelarlos con cuidado, como si fueran una obra de arte delicada. Usa un pelador y deslízalo desde la punta hacia la base, eliminando esa piel áspera que no quiere ser tu amiga. Luego, corta un par de centímetros del extremo inferior, que suele ser más duro que una conversación incómoda.

Una vez pelados, llega el momento de la cocción. Si quieres mantener su textura tierna y su sabor suave, hiérvelos en agua con sal durante unos 8-10 minutos. Pero ojo, no los dejes demasiado tiempo o se convertirán en una versión triste y blanda de sí mismos. Para darles un toque extra de sabor, puedes añadir una pizca de azúcar al agua o un chorrito de limón. Si prefieres algo más rápido, saltea los espárragos en una sartén con un poco de mantequilla o aceite de oliva. En cuestión de minutos, tendrás un plato que parece salido de un restaurante de lujo, pero sin el precio exorbitante.

Ideas para servir espárragos blancos

Los espárragos blancos son tan versátiles que pueden convertirse en el protagonista de cualquier comida. Puedes servirlos simplemente con un chorrito de aceite de oliva y un toque de sal, o acompañarlos con una salsa holandesa que los hará brillar como estrellas de cine. Otra opción es añadirlos a una ensalada con huevo duro y jamón serrano, creando un plato que es tan clásico como un bolero de los 50. Si te sientes aventurero, úsalos como relleno para una tortilla o mézclalos con pasta para un toque gourmet sin esfuerzo.

Preguntas que te hacen dudar (pero ya no más)

¿Es necesario pelar los espárragos blancos? Sí, a menos que quieras morder algo que se parece más a una cuerda que a un vegetal. La piel es fibrosa y no es precisamente agradable al paladar.
¿Se pueden cocinar en el microondas? Claro, pero no esperes que queden tan perfectos como en una sartén o una olla. Si decides probarlo, envuélvelos en papel film y cocínalos durante 3-4 minutos.
¿Cómo saber si están bien cocidos? Pincha uno con un tenedor: si entra fácilmente pero aún ofrece un poco de resistencia, están en su punto. Si se deshacen como un castillo de arena, te has pasado.

Secretos para cocinar espárragos blancos como un chef profesional

Los espárragos blancos, esos aristócratas del huerto, exigen un trato digno de su elegancia. Lo primero es elegirlos con mimo: deben estar firmes, con las puntas bien cerradas y un color uniforme. Si se sienten blandos o tienen manchas, mejor dejarlos en la tienda. Una vez en casa, el pelado es un ritual sagrado. Usa un pelador de verduras y deslízalo desde la punta hacia la base, con delicadeza pero sin miedo. Si te quedan fibras, el espárrago te lo hará notar al morderlo, y no será un momento agradable.

La cocción es otro capítulo crucial. Olvídate de hervirlos como si fueran patatas viejas. Los espárragos blancos prefieren un baño de agua con sal, un chorrito de limón y, si te sientes generoso, una cucharadita de azúcar para realzar su dulzor natural. El truco está en el tiempo: ni demasiado crudos ni demasiado cocidos. Entre 8 y 12 minutos, dependiendo del grosor, deberían ser suficientes. Para comprobar si están listos, clava un cuchillo en la base; si entra sin resistencia, ya están. Y no los dejes en el agua caliente, o se pondrán mustios. Escúrrelos y pásalos a un recipiente con hielo para mantener ese color blanco níveo.

¿Cómo darles un toque gourmet?

Aquí es donde puedes brillar como un chef estrella. Una salsa holandesa casera es el compañero perfecto para los espárragos blancos. Batir yemas de huevo con mantequilla derretida y un toque de zumo de limón puede sonar complicado, pero el resultado es una nube cremosa que eleva cualquier plato. Si prefieres algo más sencillo, un chorrito de aceite de oliva virgen extra y unas escamas de sal Maldon también funcionan. Y si quieres sorprender, añade unas láminas de jamón ibérico o unos huevos poché. Los espárragos blancos son como un lienzo en blanco: tú decides cómo pintar tu obra maestra.

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¿Tienes dudas? Aquí te las resolvemos

¿Por qué los espárragos blancos son más caros que los verdes?
Su cultivo es más laborioso. Se entierran para evitar que la luz del sol los toque, lo que les da ese color pálido y ese sabor suave y delicado.

¿Se pueden comer crudos?
No es lo ideal. Los espárragos blancos tienen una textura demasiado fibrosa y un sabor amargo si no se cocinan. A menos que seas un fanático de las texturas extremas, mejor cocínalos.

¿Cómo conservarlos frescos?
Envuelve las puntas en un paño húmedo y guárdalos en la nevera. No los laves hasta justo antes de cocinarlos, o perderán firmeza. Así te durarán varios días como si acabaran de ser recolectados.